martes, 10 de marzo de 2009

Los orígenes del movimiento obrero

La historiografía tradicional ha estudiado el movimiento obrero español desde la óptica del análisis del movimiento obrero en Gran Bretaña y otros países de la Europa industrializada, por lo que aparece como un movimiento tardío y escasamente existente en las ciudades de las áreas industriales, consecuencia de la igualmente tardía y escasa industrialización española. No obstante, las nuevas perspectivas de la historia social, expuestas en los trabajos de la revista Historia Social, de la Universidad de Valencia, nos dan una visión de un peculiar movimiento obrero y campesino en España adaptado al peculiar proceso de desarrollo del capitalismo español.

A) El reinado de Isabel II

Durante el reinado de Isabel II, Era del triunfo de la revolución liberal burguesa, no sólo se disuelven los gremios, sino que se prohíbe cualquier tipo de asociación de trabajadores, bajo el argumento de que dichas organizaciones frenan la libertad de mercado y de empresa.
Habrá que esperar al bienio progresista para que se permita la legalización de las Sociedades de Socorro Mutuo, herederas de las cofradías gremiales y germen de los sindicatos obreros.
La implantación de industrias movidas a vapor, base de la primera revolución industrial, provoca algún episodio de destrucción de las máquinas (ludismo) como la de la fábrica de Bonaplata en Barcelona o el Vapor en los años 30 de la que se ha acusado desde la burguesía competidora, a los trabajadores artesanales o a los pescadores en paro que reclaman trabajo.
Dentro del socialismo utópico, surgen los falansterios, en los que se desarrollan modelos de trabajo y propiedad colectiva. Se fundarán algunas de estas comunidades en Cádiz, pero con carácter anecdótico.
A finales de este periodo el campesinado andaluz se identifica con el republicanismo, con la falsa idea de que el radicalismo liberal y democrático de los republicanos supondría la reforma social y el reparto de la propiedad agraria.


B) El sexenio democrático

Las libertades dadas por la constitución democrática de 1869 permiten la legalización de las asociaciones de los trabajadores y la difusión de los propagandistas de la I Internacional (AIT) por España. Pese a que la línea dominante en Londres era la liderada por Marx, son los agentes bakunistas los que entran en contacto con los trabajadores españoles, que crearán la Federación Española de Trabajadores de la AIT, prohibida tras el sexenio.

C) El periodo de la Restauración.

La época de la Restauración coincidió con el desarrollo de la segunda revolución industrial. El aumento de número de obreros industriales, la toma de conciencia de clase, la difusión del ideario socialista entre los trabajadores y la consolidación de las libertades adquiridas durante el sexenio democrático permitieron el fortalecimiento del movimiento obrero, que tuvo varias acepciones:
a) El triunfo de los postulados marxistas en la II Internacional de trabajadores propició la fundación por Pablo Iglesias del Partido Socialista Obrero Español y del sindicato Unión General de Trabajadores. El objetivo del socialismo es la eliminación del sistema capitalista para la creación de un modelo económico socialista. Su estrategia es la de extender la conciencia de clase y la participación política en las instituciones propias del sistema liberal, donde la negociación con los partidos burgueses permitiría una progresiva mejora de las condiciones de vida de los trabajadores. Madrid, Bilbao o las cuencas mineras astur-leonesas serán sus zonas de mayor influencia.
Tras la Revolución Soviética de 1917 se escinde del PSOE un grupo que funda el Partido Comunista de España, que se distancia del relativismo pactista de los socialistas y marcha a posiciones prosoviéticas que defiendan la constitución de una dictadura del proletariado. No obstante, hasta la Guerra Civil, el PCE es un partido minoritario.

b) Los anarquistas reniegan de la participación política y pretenden la desaparición no solo del capitalismo, sino del estado, para fundar una nueva sociedad basada en la libertad individual y la propiedad colectiva de los medios de producción. Mantienen dos estrategias:
- El nihilismo. Movimiento de terrorismo individualista que atenta contra las bases del sistema con el fin de generar un caos desde el que surja una nueva sociedad a caballo entre el XIX y el XX.
- El anarcosindicalismo. Primero Solidaridad Obrera en 1909 y luego la Confederación Nacional del Trabajo en 1911 logran afiliar a miles de obreros y campesinos, sobre todo en Cataluña y el resto del área mediterránea. Utilizan el sindicalismo como instrumento para conseguir una mejora de las condiciones laborales y la huelga general revolucionaria como vía para el triunfo del comunismo libertario. No obstante, en el periodo 1917-1923 la violencia entre los pistoleros de la patronal y los de CNT provocarán docenas de muertos en Cataluña. CNT será la organización obrera más fuerte del país hasta la Guerra Civil. El anarcosindicalismo, a diferencia de Europa, permanecerá como la principal tendencia obrera en España en este periodo.

c) Con la promulgación de la doctrina social de la Iglesia en la De Rerum Novarum por Inocencio III y para frenar la extensión del ideario socialista y ateo, surgen los círculos católicos, que defenderán la agrupación en sindicatos comunes de patrones y trabajadores. Únicamente tendrán presencia en aquellos lugares muy atados a la tradición católica y donde predomina el campesinado propietario, como en la Submeseta Norte. Aristócratas, carlistas o líderes del Partido Conservador figuran entre sus organizadores.

El estado se verá obligado a desarrollar una legislación social que permite la fundación del Instituto Nacional de Previsión, antecesor de la Seguridad Social, y regula el trabajo infantil y la jornada laboral.

D) De la II República al franquismo

La II República supone el triunfo de una democracia reformista que permite participar al PSOE en el gobierno y fortalecerse a los sindicatos (UGT y CNT). Ante el miedo de la oligarquía a las reformas iniciadas por la República y, sobre todo, a la revolución social provocarán un golpe de estado que desencadena una guerra que permite la eliminación de todas las organizaciones obreras, la implantación del fascismo y el establecimiento de un sistema represivo que impide durante casi toda la dictadura del general Franco su recomposición del movimiento obrero.

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