jueves, 5 de febrero de 2009

El fin del imperio colonial

A comienzos del siglo XIX España pierde sus colonias debido a la extensión del ideario revolucionario liberal entre la burguesía criolla latinoamericana y a la crisis del estado español como consecuencia de la ocupación napoleónica. Sólo Cuba, Puerto Rico y Filipinas se mantienen en manos españolas.
El fin de siglo verá aumentar la tensión entre las colonias y la metrópoli. Durante el sexenio democrático se había dado la primera guerra de Cuba que se había cerrado en 1878 con la paz de Zanjón, en la que se prometían reformas en la isla. En 1895 hay un nuevo levantamiento en Cuba, que se reproduce en 1896 en Filipinas. Las causas del conflicto se hayan en:
- La redistribución de las áreas de influencias con el surgimiento durante la segunda revolución industrial de nuevas potencias económicas, como Estados Unidos, Alemania y Japón, que pugnan por forjar sus propios imperios y de arrebatárselos a países con menor peso político-económico como España o Portugal.
- La política expansiva norteamericana, basada en la doctrina Morgan de “América para los americanos” y a su ideario nacional de pueblo redentor. Llegados a la costa oeste, los Estados Unidos ambicionan controlar el mercado del Caribe y del Pacífico, por lo que invitan a España a que les venda las antillas españolas y Filipinas.
- La economía proteccionista que se impone en todo el mundo en la década de los noventa y que dificulta el comercio de Cuba con el mercado norteamericano.
- La extensión y el fortalecimiento del ideario nacionalista en los territorios del estado español a finales del XIX
- La lentitud en la aplicación de las reformas políticas prometidas en la paz de Zanjón.

En 1895 se levantan Cuba y Filipinas. La revuelta cubana es encabezada por José Martí.
La primera fase de la guerra está dirigida por el general Martínez Campos, que intentó una estrategia negociadora como la que le había permitido pacificar la isla en el conflicto anterior, Sin embargo, la guerra se extendió por toda la isla.
La segunda fase está dirigida por el general Weyler, que divide la isla en trochas y concentra la población rural para evitar el apoyo a la insurrección. Logra diezmar a los rebeldes, pero provoca una terrible mortandad entre la población desplazada.
El nuevo gobierno liberal de España mandó a Blanco con un proyecto de autonomía para la isla, pero Estados Unidos estaba decidido a ganarla para su imperio y aprovechó el accidente del Maine para declararle la guerra a España. La opinión pública acogió la guerra contra Estados Unidos con un alarde de patriotismo belicista, pero la superioridad de la armada norteamericana se impone a la flota española en Santiago de Cuba y Cavite (Filipinas) de modo fulminante.

Consecuencias de la guerra cubana será:
- La liquidación del imperio colonial español. Por la Paz de París, España reconoce la independencia de Cuba y vende a Estados Unidos Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam. Venderá, así mismo, el resto de las Marianas, las Palaos y las Carolinas a Alemania, ante la incapacidad de mantener el imperio.
- El aldabonazo en la conciencia de la sociedad y de la clase política española del atraso del país y de la necesidad de modernizarse, anunciada por los regeneracionistas de finales del siglo, discurso que calará en el pensamiento político español.
- La muerte o la invalidez para muchos de los soldados que padecen la guerra y la conciencia de la injusticia de un sistema de quintas en el que sólo la clase trabajadora sufre la carga de la guerra.
- El cambio generacional de políticos. Cánovas (conservador) había sido asesinado y Sagasta (liberal) se ve obligado a dimitir. Serán sustituidos por una nueva generación de políticos como Maura (conservador) o Canalejas (liberal).
- El desprestigio militar y la impopularidad del ejército, que girará su ideario hacia posiciones más corporativas y conservadoras.
- Económicamente la pérdida de la isla supuso la del mercado colonial, pero también la repatriación de capitales, que se invirtieron en la península y provocaron un crecimiento económico. Las nuevas tecnologías para la fabricación de azúcar a partir de la remolacha permitieron la extensión de este tipo de industrias en el interior de España.

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